Aceite, cristales, cápsulas, eliquids o cosméticos son algunas de las formas en que podemos encontrar el CBD. La gran diferencia entre los distintos productos radica exclusivamente en la forma en que se presenta el CBD, y por tanto en la forma en que se utiiliza.
Por ejemplo, los aceites se utilizan para una acción eficaz y rápida sobre el organismo, aplicada de forma tópica o por la ingesta sublingual. Estos aceites se elaboran en diferentes concentraciones para adaptarse mejor a la necesidad específica de cada persona. Los aceites también se caracterizan por la presencia de diferentes cannabinoides, dando lugar a un producto denominado Full Spectrum.
Por el contrario, los cristales se eligen por un solo componente del cannabis, en nuestro caso CBD o CBG. Preferiblemente se toman a través de un vaporizador adecuado, capaz de controlar la temperatura.
Los eliquids, caracterizados por la presencia de un aroma natural y por tanto asociados a una forma diferente de consumo, son una especie de CBD "muy activo", y resultan muy útiles para disfrutar del placer de vaporizar, sin necesidad de consumir nicotina.
Finalmente, el CBD se puede utilizar en dermocosmética, asociando así los beneficios del cannabis al cuidado de la piel.